viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo bueno de tener un perro hijo de puta

es que como te pide que lo saques a las 5:30 am, vivis una experiencia única, que es poder salir con la peor cara y la peor vestimenta y que no haya ningun vecino para presenciarlo. Ponele, recien cuando volviamos, en el ascensor me di cuenta que tuve la bragueta abierta todo el paseo. Y podía estar tranquilamente en pelotas que tampoco nadie se iba a enterar. Ademas le podes ir a cagar la puerta a los que te caen mal y nunca te van a enganchar. Es como una impunidad increible.

No hay comentarios: